Configuración de la entrada al Mar Menor por la Torre de la Encañizada. 19 de mayo de 1818. AMN MP, E-44-10.
Mientras dormía de forma apacible el pueblo de San Pedro del Pinatar, sobre la una de la madrugada del 16 de agosto de 1836, sus vecinos fueron alarmados por un hombre que, agitado, corría diciendo por el pueblo que en la zona de la encañizada había desembarcado un grupo de moros y que, tras apoderarse de aquella isla divisoria del mar menor y mayor, se habían escapado precipitadamente tirándoles tiros y disparos. En ese momento de la hazaña, el comandante de Carabineros hizo señas de alarma a las fuerzas que tenía ofreciendo el servicio de la costa. La Guardia Nacional, con sus escopetas, salieron en unión de los carabineros; los vecinos de San Pedro fueron avisados con el atropellamiento y confusión que exigía la acción. Todas las fuerzas de la autoridad se dirigieron con armas (y sin ellas) al supuesto punto de invasión, alterados por el acontecimiento, conforme se iban acercando a la zona de posición concreta, se iban serenando los ánimos al percibir un silencio sepulcral. Una vez en la localización correcta, observaron entre cuatro y seis hombres encargados de la pesquera que allí se hacía. La cuestión fue disparatada, ya que los presentes se habían disfrazado de Moros, al parecer por una bufonada sin reflexionar las consecuencias que esto podía acarrear. Los sujetos hicieron un plan de desembarco y lamentaciones, se escapó el hombre a quien trataron de chasquear, le dispararon y a pesar de ello, se escapó por un peligroso camino escarpado y peligroso debido a la infinidad de tallos que existían en una de las lagunas, por medio de los mares, hasta desaparecer por la zona del campo provocando perjuicios y daños. Un acontecimiento publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia el 27 de agosto de 1836 y que, gracias a la digitalización de los archivos, podemos conocer estas insólitas historias de mar de primera mano.